De fundación remota, Sílves fue durante siglos la capital del Al Faghar (Reino de los Algarves), integrándose después en el Imperio Almohade. Los árabes la transformaron en una gran ciudad cuyo esplendor le hizo ganar la designación de "Bagdad de Occidente". El rey D. Sancho I dirigió personalmente el ejército que la conquistó a los moros en 1189. Dos años más tarde, los musulmanes volvieron a ocuparla hasta 1242, año en que D. Alfonso III la recuperó definitivamente.El castillo, ocupado por los árabes entre los siglos VII al XIII, así como la catedral, son los dos monumentos más característicos de la ciudad. El color rojizo de la arenisca empleada en su construcción contrasta con el blanco de las casas y proporciona una vista única de la ciudad de Silves. Desde los torreones del castillo y los pasillos de ronda, se aprecian diferentes perspectivas de la ciudad y de los campos que la rodean. Igual que hace 800 años, los naranjos y las huertas siguen hoy dominando el paisaje. La única diferencia que observamos es que el río Arade se obstruyó a causa de los aluviones, por lo que los grandes barcos de vela ya no pueden subir desde su desembocadura en Portimáo

Wow, espectacular !
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